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» Rodolfo Dagnino ganador del XIX Premio Anual de Poesía “Trapichillo” 2005

Tepic, Nayarit, 21 de agosto de 2006

foto Habitar la Ausencia, es la obra de Rodolfo Dagnino Mondragón, ganadora del XIX Premio Anual de Poesía “Trapichillo” 2005, el cual fue organizado por la Universidad Autónoma de Nayarit y la Fundación Cultural “Doctor Julián Gascón Mercado, A.C., en el Ejido “El Trapichillo”, municipio de Tepic.

El programa literario musical dio inicio contando con la presencia de Julián Gascón Mercado, fundador de la UAN, José Manuel Páez Estrada, director de la Unidad Académica Preparatoria No. 1, en representación del Rector de la UAN y Corina Ramírez Hernández, directora del CECAN, en representación de Ney Manuel González Sánchez, gobernador del Estado.

En esta ocasión el jurado estuvo conformado por Jorge González Castillo, Tomás López Villaseñor y Armando Santacruz, hecho que fue ampliamente aplaudido por los presentes, por su tan valiosa participación en este evento que año con año reune a diversos autores del país.

En la participación musical, deleitó a los presentes la orquesta juvenil “José Pablo Montecayo” de la Fundación Alica, dirigida por Rolando Porrúa. Luego de dar lectura a diversas poesías que han sido merecedoras de este premio, se dio conocer el acta del jurado calificador y se hizo entrega de la edición que concentra las poesías del trabajo ganador, así como del estímulo económico. Cabe señalar que aquí mismo, se otorgó mención honorífica a Efraín Franco, por su obra “Yesca, Corazón del Nayar”.

Posteriormente, Rodolfo Dagnino, el poeta ganador expresó su agradecimiento a quienes hacen posible este magno evento y aprovecho este espacio para proponer al rector de la UAN, Omar Wicab Gutiérrez, la creación de una Unidad Académica en Lengua y Literatura en donde exista un espacio oficial en el que la literatura sea estudiada a fondo y ofrezca la posibilidad de acceder a la profesionalización en esta área.

Para hablar de la importancia de la literatura citó lo siguiente: “Cada ser humano es un cosmos, cada individuo es un hormigueo de personalidades virtuales, cada psiquismo segrega una proliferación de fantasmas, sueños e ideas, cada uno vive del nacimiento a la muerte una tragedia insondable escondida por gritos de sufrimiento, de alegría, de lagrimas, de abatimiento, de grandeza y de miseria, cada uno lleva en si la posibilidad del amor, del sacrificio, del odio, del sentimiento, de la vergüenza y del perdón, reconocer eso, es también reconocer la identidad humana, la unidad múltiple tanto del punto de vista biológico, como cultural e individual”.

“Eso es lo que nos canta en todas partes la poesía, lo que nos dice en todas partes la literatura y por más separados que nos hallemos en el tiempo, por la lengua, tiempo o por cultura, podemos comunicarnos con el extraño a través de su poesía, de su literatura, su música, su cine; en donde podemos reconocer ese tejido común expresado de diferentes nodos de que nos hallamos hechos, con El Fugitivo Albanés, El Pastor Zardo, El Samurai, El Emperador de China, El Esclavo de Roma, El Miserable de París y El culpable de San Petersburgo”.

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