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» “Prefiero mil veces más un desempleado culto que un ignorante”: Salvador Martinez Della Roca

Tepic, Nayarit, 30 de enero de 2004

foto En el auditorio de la Biblioteca Magna universitaria se llevó a cabo una conferencia impartida por el diputado Salvador Martínez Della Roca, presidente de la Comisión de Educación del Congreso de la Unión y ex dirigente del Consejo Nacional de Huelga en el movimiento estudiantil de 1968.

Al hacer la presentación del conferencista, Francisco Javier Castellón Fonseca, rector de la Universidad Autónoma de Nayarit, resaltó la importancia de la visita de ex dirigente estudiantil y actual legislador, haciendo énfasis en que es una personalidad viviente de momentos históricos en México.

Añadió que en 1968 el país se convirtió en dos, toda vez que el sistema fue roto por la rebeldía de los estudiantes a través de un movimiento que suscitó el apoyo popular, realizándose marchas de hasta 300 mil personas cimbrando el México de esos días.

Reiteró que es muy importante que la gente que vivió ese momento siga manifestando su testimonio, recordándonos los sucesos para que no se vuelvan a repetir.

Por su parte, Salvador Martínez Della Roca, el popular “Pino” en 1968 hizo un análisis retrospectivo de las condiciones políticas, económicas y sociales del país en la década de los cincuentas, mismas que dieron origen a los sucesos del 68.

Ante un auditorio abarrotado fundamentalmente por estudiantes, el ex líder estudiantil expuso que “En los años 50 los universitarios éramos los hijos predilectos.” Recordó que el título profesional era una llave mágica que llevaba a ascensos en los status sociales, sin embargo, a partir de que cambia la política económica subordinando los intereses del país al imperialismo yanqui los problemas se agudizaron.

foto Explicó que empezaron a bajar los salarios incluidos los de los profesionistas, las universidades se masificaron y empezaron a producir muchos intelectuales que el aparato productivo no tenía capacidad de aceptar.

Con lo anterior se comenzó a agravar el desempleo y subempleo, con lo que recordó “los universitarios nos empezamos a parecer mucho al entorno en que vivíamos.” Dijo.

Comentó que en tales condiciones los universitarios se empezaron a politizar y buscar alternativas teóricas a lo que se estaba viviendo y además se quería luchar.

Hizo una remembranza de los sucesos con los que se fue dando origen al movimiento estudiantil, desde las primeras huelgas para apoyar a médicos y a otros universitarios, los pleitos entre grupos de jóvenes hasta llegar a la intromisión de la policía y posteriormente el ejército en las instalaciones educativas.

Recordó que una parte fundamental de la historia del movimiento estudiantil de 1968 lo constituye el arribo a la rectoría de Barros Sierra quien dijo al llegar al cargo: “Viva la discrepancia, que es el espíritu de la universidad.”

Narró los sucesos cruciales del movimiento estudiantil, su lucha contra organizaciones como el MURO y la FENET, las marchas, las asambleas, el “boteo” y las demandas del movimiento que se sintetizaron fundamentalmente en pedir la libertad de los presos políticos, la derogación de artículos que contemplaban la disolución social, la desaparición del cuerpo de granaderos, la indemnización a familiares y el deslinde de responsabilidades.

Explicó que el 19 de agosto de 1968 el consejo general universitario hace suyo el pliego petitorio de los estudiantes, por lo que con ello, la universidad estaba institucionalmente en huelga.

Narró la crueldad con la que fue abatido el movimiento estudiantil por el ejército y sus días en la cárcel de Lecumberri.

Martínez Della Roca manifestó que afortunadamente y contrario a lo que sucedió en el pasado: “Hoy ser estudiante no es sinónimo de ser delincuente.”

No obstante, reflexionó sobre el hecho de que hoy “tenemos un México que no teníamos en 1968.”

Señaló que hoy cada día hay más pobres, más extremadamente pobres, más desempleados y el salario ha caído más del 70 por ciento en los años recientes.

En síntesis, manifestó que “actualmente hay cosas en que el país está peor que en 1968.”

Criticó el hecho de que actualmente se prioriza más la individualidad sobre el trabajo en equipo, que existan contradicciones como el hecho de que mientras el trabajo formal emplea a 10 millones de personas, el trabajo informal dé empleo a 14 millones.

En materia educativa criticó severamente que se esté privatizando la educación en México en todos los niveles pues se está dando un crecimiento desmedido de la matricula y los estudios en las instituciones privadas, que resulta desproporcionado ante el rezago de las instituciones públicas, que son sometidas a una continua carencia de recursos para su desarrollo.

Finalmente, en su calidad de legislador manifestó su compromiso de promover una propuesta de reforma al artículo tercero constitucional para que la educación pública sea gratuita desde el nivel básico hasta el postgrado.

Y ante el cuestionamiento de la falta de oportunidades de los profesionistas para su desarrollo, recalcó: “Prefiero mil veces más un desempleado culto que un ignorante.”

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